Maurizio Fioravanti (1952-2022)

A Maurizio Fioravanti le gustaba recordar cómo en una junta de la facultad de Florencia, celebrada a finales de los años noventa y convocada para revisar el plan de estudios, los profesores de derecho constitucional defendieron que en el primer año de la licenciatura se diera la asignatura que él enseñaba (Historia de las constituciones) y que el derecho constitucional estuviese en el segundo. En ese debate se afirmó que los alumnos que habían cursado la asignatura de Fioravanti aprovechaban mucho mejor las clases de los constitucionalistas. Esto le llenaba de orgullo porque corroboraba su pensamiento: que el derecho público actual acumula una larga experiencia histórica y por tanto es fruto de decisiones (medidas, resoluciones, preferencias) que se han ido tomando a la luz de problemas jurídicos y políticos concretos, nacidos en el devenir social. Por eso solo desde el conocimiento de los valores que se han elegido, rechazando otros, y de las razones de tales decisiones se está capacitado para comprender la tipicidad del momento histórico que se vive, y ser así consciente de los elementos en juego. Por ejemplo, no podemos percibir la novedad del poder constituyente que se crea con la revolución si no conocemos la naturaleza indisponible (es decir, histórica) del derecho en el orden del antiguo régimen. Y solo desde esta perspectiva aprehendemos las relaciones entre el poder constituyente y los poderes constituidos, y así el significado del contractualismo que está en la base de las actuales constituciones y sus consecuencias vinculantes. Esta forma suya de concebir la asignatura, que era en esencia una historia de las doctrinas constitucionales, le hacía desplegar en el aula un potente aparato conceptual que permitía al auditorio desarrollar esa visión analítica tan propia de la mentalidad jurídica.
Esta experiencia docente cristalizó en 1991 en unos Apuntes que tras su uso en el aula fueron ligeramente retocados en una segunda edición fechada en 1995. Fue esta nueva edición la que se tradujo al castellano y tuvo seis ediciones en Trotta. En este libro, Fioravanti se centraba en los derechos fundamentales, en la definición y garantía de los derechos, como una de las caras del constitucionalismo moderno. A la otra cara, a la organización de los poderes, estaba reservado otro volumen. Lo tenía empezado, había escrito muchas páginas, pero no le satisfacían desde el punto de vista didáctico. También había anunciado un tercer tomo, dedicado a las constituciones democráticas del Estado constitucional. En esta ocasión fue Carlos Petit quien resolvió el asunto. En un congreso celebrado en agosto de 2013 en Brasilia, Fioravanti disertó sobre la era del Estado constitucional. Al concluir, Petit le hizo ver que ahí estaba en esencia el contenido de ese proyectado tercer volumen. La historia concluyó incluyendo esas páginas como un cuarto capítulo en la tercera edición italiana de los Apuntes; que traducida se convirtió en la séptima española. Junto a este libro, siempre en Trotta, vieron la luz otras obras suyas traducidas: Constitución: de la antigüedad a nuestros días (varias ediciones); El Estado moderno en Europa: instituciones y derecho; Constitucionalismo: experiencias históricas y tendencias actuales.
Al margen de los libros, mantuvo una estrecha relación con varios centros españoles y no solo de historia del derecho. Que yo sepa, la primera vez que vino a España fue en 1995, invitado por el Bartolomé de las Casas (hoy Instituto de Derechos Humanos Gregorio Peces-Barba) de la Universidad Carlos III de Madrid, para un seminario con filósofos del derecho. Después, durante varios años participó en los cursos del doctorado de esa universidad, con un seminario de 20 horas sobre historia de las constituciones. En Oviedo, el constitucionalista Joaquín Varela Suanzes-Carpegna le invitaba con frecuencia…
En estos últimos diez años, a pesar del progreso de su enfermedad, con las limitaciones que le imponía, se empeñó en seguir trabajando, también en tareas de gestión universitaria y de asesoramiento, en las que tanta experiencia tenía. Seguro que en los próximos meses se escriben necrológicas y biografías con mucha más información, que darán buena cuenta de las cualidades y del buen hacer de Maurizio. Pero me parece que estas breves notas sirven para comprender lo que le debemos.